Vivir a través del yoga
El yoga es una práctica, ciencia y disciplina milenaria. Nació desde una cosmovisión ancestral en la India, con el fin de unir el alma individual con la universal, a través del ejercicio físico, mental, emocional y espiritual; y así eliminar las fluctuaciones de la mente, uniendo al cuerpo con el espíritu.
Gracias a maestros y maestras la práctica del yoga se ha expandido a todo el mundo. Sin embargo, en occidente el yoga se ha vuelto un producto comercializable, envuelto en un empaque creado por una industria fit.
Ahora, el yoga se ha comunicado a partir de la representación de cuerpos con belleza hegemónica, sexualizados y únicamente realizando posturas. Por lo que creemos que esta representación excluye a la mayoría de los cuerpos y que sólo atiende a un grupo privilegiado, que no representa a la mayoría.
En este sentido consideramos desde Yoga Interseccional que:
- El yoga no debe discriminar. El yoga ni ninguna institución que lo imparte debe de discriminar a las personas, por razones de sexo, género, origen, edad, religión o ideas políticas, entre otras.
- El yoga no es un privilegio es de todas las personas. La práctica del yoga no puede ser un privilegio de unas cuantas personas ni un commodity.
- El yoga no debe desconocer los contextos de discriminación. Por la naturaleza de la disciplina, el yoga no puede desconocer los distintos contextos de discriminación, racismo, clasismo, capacitismo y machismo que vivimos en México y en Latinoamérica.
- El yoga no debe replicar roles y estereotipos de género. El yoga deberá evolucionar al contexto actual y evitar replicar roles y estereotipos de género para evitar violencias.
- El yoga debe respetar a todos los cuerpos. El yoga debe incluir a todas las personas y todos los tipos de capacidades y cuerpos.
- El yoga debe incluir a las personas: con discapacidad, LGBTI+, indígenas, afrodescendientes, víctimas de violencia, en situación de calle y PPL. El yoga debe ser incluyente, es decir, estar disponible para las personas con discapacidad, personas LGBTTTIQPAA, personas indígenas, afrodescendientes; o en situaciones de riesgo como personas víctimas de violencia, en situación de calle o personas privadas de su libertad.
- El yoga no debe vender espiritualidad y ser meritocrático. El yoga no puede basarse en conceptos meritocráticos para vender espiritualidad, sino por el contrario deberá ser un ejercicio empático en todos los campos para que cada una pueda ejercer a su forma esta práctica.
Sabemos que son discusiones difíciles e incómodas. Pero sabemos que la práctica ya nos preparó para tenerlas.
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